CON LOS OJOS ABIERTOS

"El límite de mi mirada es el límite de mi mundo". Críticas, crónicas de festivales, programación de cineclubes y apuntes sobre cine.

sábado, marzo 25, 2006

Cineclub con los ojos abiertos en Villa Giardino

PROGRAMACIÓN ABRIL 2006
CINE MUNICIPAL DE VILLA GIARDINO


Domingo 2 de abril a las 20.00hs:
Dead man, de Jim Jarmusch, Estados Unidos, 1995.
Duración: 121 minutos / No recomendada para menores de 16 años.

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Jarmusch explica Un rey en Nueva York de Charles Chaplin.
Se trata de un western pensado desde la perspectiva del nativo americano. En efecto, los westerns, sean de Ford, Hawks, Peckinpah, han sido ambiguos en torno a la actitud del hombre blanco y su relación con la otredad originaria, el aborigen. Dead Man toma una vía declaradamente minoritaria: es un western hecho y derecho pero sujeto y a favor de esas culturas anteriores a la conquista del Oeste, previo al genocidio sistemático. Sin embargo, Dead Man es un poco más que un western. El film de Jarmusch desarrolla una poética; diríase una poética de guerra. Jim Hoberman, el lúcido crítico del Village Voice dijo sobre Dead Man que se trataba de un "western que Andrei Tarkovsky le hubiera encantado realizar". Si la estética del film es poética, el concepto general del film es político. Dead Man, a partir de la agonía y periplo de William Blake, interpretado por Depp, construye una crítica sostenida acerca de la violencia eurocéntrica y blanca. Un mérito de Jarmusch es evitar una reconstrucción de estos pueblos originarios (los Makkah, Cherokes, y otros) a partir de una idealización bastante frecuente en los círculos semi-intelectuales de la new age, en donde el indio es el sujeto arquetípico y representante de una supuesta armonía entre la tierra y el hombre. Si bien Jarmusch respeta los ritos, creencias y prácticas de estos pueblos originarios, no por eso construye un indio a la medida de una fantasía espiritual propia del hombre blanco. Más antropólogo que ideólogo, los indios de Jarmusch simplemente aparecen, se muestran (en varios pasajes, los diálogos se mantienen en lenguas indígenas; no hay traducción ni en la versión inglesa como tampoco en la castellana; se trata de un privilegio que Jarmusch entiende como una suerte de justicia lingüística). En varios sentidos, un viaje alucinatorio en imágenes. (RK)


Domingo 9 de abril a las 20.00hs:
Pleno verano, con Tran Nu Yen-khe, de Tran Anh Hung, Vietnam, 2001.
Duración: 108 minutos / No recomendada para menores de 13 años.
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Hanoi, martes 13, de Santiago Alvarez, Cuba, 1967.

¿Una película vietnamita? Diez años atrás se estrenaba comercialmente en Argentina El aroma de la papaya verde, un film dirigido por Tran Anh Hung cuya recepción por parte del público fue más que satisfactoria. La tercera película de Tran, Pleno verano, como en sus otros films, cuenta con la participación de su mujer Tran Nu Yen-khe, una de las actrices más bellas del cine oriental, acaso un axioma y dispositivo formal en la obra del realizador, pues las películas de Tran son, entre otras cosas, retratos y composiciones amorosas sobre su mujer. Pleno verano es un film coral sobre tres hermanas y un hermano, sobre algunos de sus esposos y amantes, y otros personajes secundarios que en conjunto parecen habitar este universo colorido y sereno en el que la cotidianidad parece transfigurada y presentada como una versión del paraíso sin los atributos metafísicos y religiosos que el vocablo posee. No obstante, se trata de un paraíso de las superficies, pues no todo es armonía para estos ciudadanos de Hanoi: el adulterio, el ocultamiento, la lógica del deseo contrastan aunque no modifican un curso y estilo de vida que bien podría señalarse como sensual y hedonista. Quizás Pleno Verano no sea la película más conveniente para entender qué ha sucedido social y políticamente en Vietnam tras algunos años de invasión estadounidense, pero sin dudas sirve como una exposición precisa del alma vietnamita en asuntos no menos importantes del orden de la vida privada. Hipnótica y atmosférica, Pleno verano parece una ensoñación en la que el color de los objetos y el mundo parecen en sí mismos una justificación estética de la existencia. (RK)