CON LOS OJOS ABIERTOS

"El límite de mi mirada es el límite de mi mundo". Críticas, crónicas de festivales, programación de cineclubes y apuntes sobre cine.

lunes, marzo 05, 2007

PÁEZ: EL CINE Y LA MÚSICA

Fito Páez: su mundo no cabe en una canción
por Roger Alan Koza

En poco tiempo se estrena su segundo largometraje, ¿De quién es el portaligas? Recientemente salió editado su última placa, El mundo cabe en una canción. Pero durante todo el mes de enero, Fito Páez, como acostumbra a hacerlo, descansó en la sierras de Córdoba, más precisamente en la localidad de La Cumbre. Quienes viven allí, saben que es un lugar elegido por artistas, y no causa sorpresa ver entonces a Páez tocando el piano del café La Gran Aldea en una noche de verano. Discreto aunque presente, Páez, que junto a Spinetta y García, comparte un concepto poético-musical que excede la mera idea de canción, es algo así como la nueva adquisición del elenco semiestable de La Cumbre. Y mientras descansa no deja de tantear nuevas cadencias para futuros temas, sin imaginar también algún plano secuencia posible para un filme no muy lejano en el tiempo. Páez, un noctámbulo confeso, combina sus secciones musicales después de la medianoche con La Salvaje lejanía azul de Herzog y otras películas que funcionan como nutrición simbólica para su oficio de cineasta. Muchos pensaron que Vidas privadas era el capricho de un músico exitoso. Pero para quienes supieron ver un valor estético y político en su primer filme descubrían allí a un posible realizador. En efecto, cine y música son los caminos elegidos por él como artista. De La Cumbre, del cine y, lógicamente, de la música, hablamos con él mientras se preparaba para su show que después hiciera en Villa María. El puntapié inicial de un año no desprovisto de desafíos y proyectos.

1¿Cómo entendés hoy el arte, cuál es su función, en búsqueda de que estás como artista?

Todos sabemos que el arte es una expresión inútil y ese es el motivo por el cual un montón de gente se interesa en él, aunque cada vez menos. En algún momento se pensó que podía modificar conductas sociales en gran escala, creo que es una gran falacia. Con un poco de suerte puede hacernos emocionar y darle sentido a todas las barbaridades que habitan nuestro corazón en un momento. Eso si, hay que estar predispuesto y preparado, te diría, para comprender y disfrutar las expresiones humanas, no vaya a ser cosa que ese día pase algo especialísimo en tu vida y después tuviste que escribir sobre la última de Almodóvar y decís que no te gustó. Vivimos por otro lado una democratización de las expresiones y eso hace que el concepto de arte se amplíe o desaparezca. Creo que hay algo allí que por lo menos me parece simpático. Es una buena época para que dejen de florecer los comisarios de todos los lenguajes y vuelvan los artistas. Gente lúcida, desprejuiciada, activa, sin miedos estéticos y que sacuda un poco la época. Eso si, creo que todos lo necesitamos ante tanta pasteurización. Nunca se sabe que se busca, pero si se busca algo, se busca algo que no se encuentra.

2- ¿Qué podés hacer con el cine que no podés hacer con la música? ¿Por qué el fotograma en vez del pentagrama? ¿Cómo se combinan dos prácticas estéticas, semejantes y diferentes, si se quiere? ¿Como te ves en el mapa del actual rock argentino? ¿Qué está pasando?

La música solo conlleva las imágenes del propio espíritu del oyente. La imagen funciona como una máquina mucho más ordenada y dictatorial. Todo tiene sus pros y sus contras. Las dos cosas invitan a la inteligencia, al placer y a contar el mundo, así que son dos drogas irresistibles. Con sus lenguajes bien específicos y diferentes, pero siempre hay algo de una disciplina que me hace pensar en la otra. La composición a la escritura, la dirección de arte a los arreglos, el montaje a la mezcla del álbum, la dirección de actores a la de los músicos, etc. En cuanto a la música popular argentina creo que hay un antes y un después de los 90. La música popular argentina ya es una tradición centenaria y de la más variopinta. En todas sus formas, las urbanas y rurales encontramos complejidad, belleza y precisión. Tanto en las palabras como en los aspectos rítmicos, melódicos y armónicos, que son los elementos específicos que hacen a la canción. Los devaneos sociales y políticos sacaron a los artistas populares de la barricada estética y los llevó directo a la barricada del discurso. La falta de proyecto colectivo hizo que pareciera más importante la urgencia de pertenecer a algo (lo que sea, llamémosle tribu), sin comprender que se estaba produciendo un vaciamiento estético histórico ligado a nuestra música popular. Es sencillo encontrar la conexión entre algunas orquestaciones de Salgan y Cuando me empiece a quedar solo de Charly. Es sencillo comprender los puntos en común entre la letra de Naranjo en Flor de Homero Expósito y Los libros de la buena memoria de Spinetta. Es sencillo conectar a Nebbia con algunas melodías gardelianas, El día que me quieras sin ir más lejos podría ser una música suya. Eso que sucede en los noventa es un cisma. La ingeniería del país entra en crisis, otra vez, solo que esta vez se iba a cargar a la música argentina. No digo que no haya autores e intérpretes de valor estético y por ende emocional. Sólo que otras épocas los hacía aparecer para hacerlos funcionar como la conciencia espirituosa del momento. En general gente valiente, lúcida, arriesgada y con un gran sentido del humor. Hoy cambiamos ser artistas por ser famosos y levantar el dedito de una ideología anacrónica berreta de izquierda (siempre ligada a las grandes causas) en vez de ir tres veces por semana a lo de la profesora de piano del barrio, para que nos enseñe los ladrillos fundamentales para construir una casa que en todo caso después nos encargaremos de rearmarla de las mil maneras posibles pero con amor a la música y a las palabras, que son también dos elementos ancestrales en la comunión humana. Y yo siento que acompaño a todo este gran movimiento, que me permite incluso participar como autor, intérprete y crítico. Me siento muy honrado de esta situación y sin duda alguna es y será uno de los centros de mi vida, un norte hacia el sur, hacia mi historia.

3. Tu relación con el cine viene de lejos. Habías participado en algunas películas de Solanas. Habías compuesto música para un film de Almodóvar. Pero, un buen día, decidiste dirigir. Tu primer film era una película ambiciosa, en el sentido que como pocas películas argentinas, mostraba lúcidamente cómo la historia social tenía efectos constatables en la vida privada. A la distancia, ¿cómo pensás hoy aquella película? Tu próxima película, además, es una comedia. ¿Qué buscas mostrar y contar con tu próximo film a estrenarse?

Mi relación con el cine comienza en Rosario con mi padre llevándome todos los sábados al cinematógrafo. Da allí a Vidas privadas hay un recorrido que ni siquiera lo puedo imaginar pero que habla de lo importante que fue la decisión de mi padre cuando me hizo habitué del cine el los años 70 porque fue su forma de decirme que el mundo era ancho y ajeno, que podía ser mío también. Que podía contar mis historias si yo quería. El cine era divertido pero también contaba el delirio humano. No recuerdo cuantas veces vi Papillon en el cine Radar o 2001 de Kubrick en el Monumental de la calle San Martín. Había algo allí que me fascinaba. Vidas privadas fue una de las experiencias más importantes de mi vida. No podía atravesar mi tiempo sin contar esto. Veía tanta hipocresía y tanta boludez en la Argentina posdemocrática, fue una imposición espiritual. No pude avanzar en otra dirección sino hasta haberla terminado. Fue muy doloroso y muy revelador. Pude ver dónde estaban los actores del drama, en realidad y confirmar, no sin dolor, que éramos nosotros mismos, que sólo sabíamos vivir en la analgesia y cualquier punto de vista que llevara a la idea de revisar el trauma iba a ser rechazada de antemano. Pero esto no es nada nuevo, nadie quiere ir al cine a que le digan que forma parte de una sociedad amoral. Por otro lado.... “los músicos de rock no filman películas serias, pibe ¡¡¡” De todas formas la peli nueva, ¿De quién es el portaligas? funciona por un lado como una antítesis de Vidas privadas porque tiene apariencia de comedia, pero por otro lado está el tema de la familia como tema central. La familia es el centro de las relaciones humanas y está la heredada y la que uno elige. La peli habla de estas posibles formas de comunión entre las personas y tiene un mensaje que no voy a revelar pero que se parace más a como me gustaría que fuera el mundo.

4. Se habla de un Nuevo Cine Argentino. ¿Te sentís parte de ese difuso movimiento? ¿Te interesa la obra de alguno de los nuevos directores de hoy?

Me apasiona el cine de Lucrecia Martel, por su extraordinaria sofistificación. Me recuerda a Silvina Ocampo, un cine de detalles, elegante, donde las perversiones están a la orden del día y no carente de sentido del humor. Creo que es la mejor. También en esa línea podríamos hablar de Luis Ortega, cuyas dos películas Caja negra y Monoblock nos muestran a un artista joven, pero consumado en sus convicciones. Una especie de niño viejo lleno de picardía, dolor y disparate. Adrian Caetano tambien me gusta. Conoce al dedillo el negocio de los hombres y tiene un cine noble y rugiente como su corazón, intuyo. Ahora, formar parte de algo, creo que no. El cine aunque no parezca es un arte muy atomizado. Creo que el nombre de Nuevo Cine Argentino está más referido a una necesidad de la prensa para poder englobar ciertas expresiones jóvenes de una época. Pero no podemos hablar de ésto como si se tratara de Cinema verite o Nouvelle Vague en relacion a los Cahiers du cinema. Posiblemente deberíamos aprender de esta gente y crear espacios propios de reflexión y producción de ideas y películas y entonces si, se podría hablar de un movimiento cuyo nombre podría ser tan ridículo como NO ME GUSTA QUE NADIE HABLE MAL DE MI Y MENOS EL CRITICO DEL JORNAL DEL BARRIO.. En ese aspecto creo que los artistas y críticos argentinos vivimos lo que hacemos de una forma muy acomplejada. No sentimos curiosidad por la obra del otro por todo lo que nos puede revelar de nosotros mismos que no sabemos y vivimos esto como un horror, no como lo que sin ninguna duda sería un privilegio y una forma de expandir ideas y materia para poder configurar un universo común.

5- En los últimos años has elegido La Cumbre como lugar de descanso y, tengo entendido también, como lugar de inspiración. ¿Por qué La Cumbre?

La Cumbre también me remite a mi infancia en el Valle de Punilla, hoy se ha transformado en un lugar de disfrute para toda mi familia. También es un lugar ideal para componer, escribir y comerse esos buenos chivitos en El Toboso y visitar amigos entrañables. Alguna noche en el Emir, donde el Rulo te recibe con espontánea hospitalidad, escuchar cantar a Martita Fernández en algún hotel recién inaugurado y verse en el cineclub algunas de las nuevas rarezas del cine mundial o una de Welles de los años 40. Comerse una buena pizza en el Búho acompañada de cerveza artesanal, hacer compras en el Cordiez y terminar con el mojito de Fabián en Kasbah.

ESTA ENTREVISTA SALIÓ PUBLICADA EN UNA VERSIÓN DISTINTA Y CON OTRO TÍTULO DURANTE EL MES DE FEBRERO DEL 2007 EN EL DIARIO LA VOZ DEL INTERIOR DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA.

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